Reflexiones laborales:
Tengo un amigo que se graduó de ingeniería en el mismo momento que yo de psicologo, y el vive fuera del país. Tiene un trabajo en el área de la computación en una compañía internacional que lo lleva a viajar con frecuencia por diversos países. Cuando le pregunte por su trabajo, me respondió:
-Tranquilo, pero muy bien
-¿Por qué tranquilo? Le pregunte
Me dio una respuesta muy interesante:
-Porque allá se entra muy puntualmente pero se debe también salir a la hora exacta. Si te quedas a trabajar más tiempo, tu jefe empieza a dudar de tu capacidad y ofrece quitarte el trabajo. El trabajo que se asigna es para realizarse dentro de las horas que debes permanecer en la oficina y a la empresa le interesa que quienes trabajan ahí tengan una vida personal.
Esto coincide con un programa de televisión que me toco ver por cable en días pasados. Era una reunión de expertos en relaciones laborales y la gran discusión eran los horarios de trabajo que se han alterado en muchos países. Uno de los expertos en relaciones humanas dijo que el trabajo NO deberías sustituir jamás a la vida personal del trabajador. Y explico porque:
“La única posibilidad de encontrar el equilibrio necesario para que una persona sea sana en lo psicológico, emocional e intelectual es que le dedica tanto tiempo a sus relaciones personales como a sus relaciones laborales. Las “exigencias laborales” –explico- se han vuelto muy demandantes. Algunas empresas han obligado a su personal a posponer su vida personal para un futuro que nunca llega y lo que es peor, a renunciar a ella para sustituirla con la vida laboral, lo cual es absurdo”.
Uno de los experto señalo algunas de las cuestiones que deberías encender la alarma en cualquier institución o empresa , porque son síntomas de que algo anda mal:
Exceso de juntas, particularmente de aquellas en las cuales se discute mucho pero no se llega a nada en concreto.
Planes y proyectos muy bien elaborados que rara vez toman forma.
El premiar a quien permanece trabajando dos o tres horas después de la hora de salida.
Según el experto, eso solo puede suceder por tres razones:
Porque no le alcanza el tiempo (síntoma de ineficiencia o incapacidad del trabajador).
Porque se le ha asignado más trabajo del que debe tener ese puesto (síntoma de ineficiencia de la empresa o de quien asigna el trabajo).
Porque hizo cosas ajenas al trabajo durante el tiempo de este (deshonestidad del trabajador) y, por lo tanto, debe reponer tiempo perdido.
Efecto domino (cualquiera de las tres opciones mencionadas sucede con alguien y afecta el trabajo de los otros que, como consecuencia, también se tendrá que quedar a completar su responsabilidad).
El que todos los ejecutivos o directivos deban estar siempre (a cualquier hora de cualquier día disponible, para lo cual se le debe obligar a cargar un celular donde vayan).
El que se reciban mensajes, electrónicos oficiales escritos a altas horas de la noche o en la madrugada o durante fines de semana (que deben estar dedicados a la vida familiar) o de vacaciones o descanso.
El que entre los empleados o directivos de los niveles superiores haya un alto índice de divorcio, conflictos maritales o peor aun, de infartos o crisis nerviosas.
El que los familiares (principalmente esposa e hijos) de los trabajadores se quejen del tiempo excesivo que estos les dedican a la empresa.
El que el único tema de discusión o platica en las reuniones donde coinciden varias personas de la misma empresa sea relacionada con el trabajo.
El que los trabajadores descubran que ir al cine, teatro, opera, conciertos, museos o centro de diversión se ha vuelto una actividad excepcional en su vida de vida a que los fines de semanas son para descansar todo el trabajo de la semana.
El que el trabajo se convierta en algo agobiante y genere mas estrés que satisfacción en quien lo realiza.
¿El experto estará equivocado?
El trabajo es uno de los elementos importantes en la vida de los seres humanos, pero no el único. ¿Cuándo fue la última vez que saliste de tu trabajo a la “hora de salida” sin sentirse culpable?
A veces nos desvivimos tanto por el trabajo que lo menos que esperamos es una gratificación a nuestro esfuerzo.
Por eso pienso que uno debe compartir con la familia todo el tiempo que pueda. El trabajo se mantiene y otro numero toma tu lugar, nadie es indispensable en una compañía. En tu hogar nadie toma tu lugar, en el, eres indispensable.
Cualquier similitud con la vida real, es solamente una mera coincidencia…
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